jueves, 22 de diciembre de 2011

Otro cuento de Navidad o El cuento del monstruo azul

Lápiz de color/papel. Ángeles Bravo

En la noche de navidad se reunen una serie de personajes insólitos, insólitos porque se supone que no existen y si existiéran no se les vería juntos nunca, eso también se supone. Dejemos de lado las suposiciones y volvamos al principio. En la noche de Navidad se reunieron en una madriguera de conejo: conejos, un teporingo, duendes, hadas, y un topo cegatón y ebrio por añadidura, todos para escuchar cuentos, a los seres mágicos les encantan los cuentos es más no pueden vivir sin ellos. Un conejo blanco empezó a leer el cuento del monstruo azul, se trataba de un monstruo travieso que siempre se le escapaba a su mamá para correr por ahí y descubrir el mundo con sus tres ojos color miel, hermosos ojos tenía el monstruo, los tres, claro. La preocupación de la madre era que lo descubrieran los humanos y lo persiguieran a palos al pobre monstrito, pero al pequeño azul poco le importaban los peligros. Se contentaba con curiosear por todo el bosque hasta que su nariz descubrió un olor exquisito, rico, sabroso a pan y chocolate que provenía de una madriguera calientita en invierno y sin más entró sin ser invitado, fue directo a la fuente de aquel aroma, un suculento pastel de chocolate cubierto de merengue y adornado con cerezas y sin ser convidado tomo un trozo de pastel y se sentó a escuchar el cuento que contaba un conejo blanco a sus invitados duendes, conejos y hadas, sobre un monstruo azul con tendencia a la glotonería.

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