lunes, 4 de abril de 2011

Vuelo

"Vuelo" Gis pastel sobre papel 42 x 29.7 cm. Ángeles Bravo.

Creo que me esta afectando la mente tanta hada por aquí y tanta hada por allá, la verdad no quisiera decirlo en voz alta pero me ha ocurrido ya en dos ocasiones. Cuando voy caminando y sopla el viento no necesariamente fuerte basta con que se oiga el choque de las hojas en los árboles siento un cosquilleo en la palma de las manos y este cuerpo tan pesado empieza a sentirce ligero, tan ligero como el aire y pequeñas corrientes se arremolinan debajo de mis brazos tentados a extenderse y pienso que en cualquier momento los pies se despegarían del suelo si realmente tuviera la convicción de que todo eso es realidad. No, de verdad no estoy loca, necesito de tu discreción no quiero un pase directo a "la casa de la risa". Creeme el aire se vuelve más denso que tú, lo puedes percibir a tu alrededor, en el cerebro pequeñas chispas se producen dibujando un mapa mental con coordenadas, ubicación de alturas y corrientes de vientos, siempre con la noción del Norte cosquilleando en la nariz como si tuviera unos bigotes de gato invisibles, los demás dejan de verte pero tú sigues mirándolos a todos con las distancias precisas para no tocarlos. Te aseguro no es ningún tipo de trance la sensación dura apenas unos momentos, después desaparece por completo y el cuerpo vuelve a su pesadez habitual. Si yo pudiera volar no lo haría con la gracia de las hadas, yo volaría como un mega murciélago, no sé como un... haz de cuenta un pterodáctilo, como volaban o mejor dicho como planeaban los Quetzalcoatlus.

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