martes, 16 de agosto de 2011

Hada enamorada.



Grafito sobre papel. Ángeles Bravo.
 Un hada de mirada melancólica vagaba como sonámbula, la probrecilla anda penando su mal de amores, pues quiere al hombre único, uno de ojos grandes y negros como de venado, lo puede ver en sueños, es seguro que él también sueña con ella. Hada debe encontrarse con él, es absolutamente necesario para cumplir con su ciclo vital.
El hombre con ojos de venado será el padre de sus hijos; varias niñas y un niño con ojos grandes y negros como de venado que dejará con el padre porque en el reino de las hadas no pueden entrar los niños, por el contrario a todas sus hijas las llevará con ella para convertirlas en hadas.
Hasta el día de hoy los encuentros ocurren cuando están dormidos, él pensará que son sueños y nada más; ella sabe que es su futuro. La búsqueda ha sido larga, es una rara circunstancia pues cuando un hada quiere ser madre o desposarce no tiene reparos en sea uno o el otro, de una especie o de otra. Pero ella quiere a un único hombre, al de los ojos grandes, negros, como de venado.

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